El economista y excandidato presidencial del Partido Colorado (PC) Ernesto Talvi publicó un detallado relato de las últimas elecciones en Uruguay, en las que ganó el Frente Amplio liderado por Yamandú Orsi frente al oficialismo representado por Álvaro Delgado. Según Talvi, este resultado de las elecciones refleja una tendencia global y regional de sanciones cada vez mayores para los partidos gobernantes, incluso frente a la estabilidad económica y los altos índices de aprobación presidencial.
El análisis de Talvi, distribuido a través del Real Instituto Elcano de España, donde actualmente trabaja como investigador principal, ofrece una perspectiva que vincula los resultados electorales de Uruguay con fenómenos más amplios en América Latina y el mundo. El economista señaló que la victoria de Orsi, con un margen de 3,9% sobre Delgado, es una muestra más de cómo los ciudadanos en diversos contextos han optado por castigar a los gobiernos actuales.
Contexto económico y político de derrota
En su artículo, Talvi destacó dos factores principales que hacen especial la derrota del oficialismo en Uruguay: por un lado, el alto nivel de aprobación al desempeño del presidente saliente Luis Lacalle Pou, y por otro, la fuerte situación macroeconómica perspectiva. . Según el economista, el país ha experimentado una recuperación notable desde la pandemia, con un crecimiento empresarial sostenido, una inflación en caída y tasas de desempleo históricas, lo que podría haber favorecido en gran medida al gobierno en las elecciones.
Sin embargo, Talvi enfatizó que estos indicadores no son suficientes para evitar la erosión de quienes están en el poder. «El triunfo de la oposición en Uruguay se produce en un contexto donde, a pesar de los buenos datos macroeconómicos, los electores buscaron enviar un mensaje de descontento a los partidos gobernantes», afirmó. Este fenómeno, según el excandidato, no es exclusivo de Uruguay, sino que es parte de una dinámica más amplia observada en América Latina y otras regiones desde principios de la década de 2000.
Talvi citó datos de ParlGov para reforzar su argumento, señalando que entre 2002 y 2024 en tres de cada cuatro elecciones en democracias consolidadas, los partidos gobernantes fueron derrotados o su base de apoyo se redujo significativamente. En América Latina, esta tendencia fue aún más evidente, donde la oposición logró victorias en un contexto de estabilidad económica.
Impacto del costo de vida y el poder adquisitivo
Talvi, para entender por qué el oficialismo perdió en Uruguay, a pesar de los buenos indicadores económicos, requiere un análisis de variables microeconómicas que inciden directamente en la vida cotidiana de los ciudadanos. Dos de esas variables, según su análisis, son el aumento del coste de la vida y la pérdida de poder adquisitivo.
El economista explicó que desde el inicio de la pandemia los precios han subido fuertemente, lo que reduce el poder adquisitivo de las familias. «Lo que hoy costaba 100 dólares al inicio de la pandemia cuesta 115 dólares en Francia, más de 120 dólares en Estados Unidos y el Reino Unido, más de 130 dólares en Uruguay», anotó. Este aumento del coste de la vida, según Talvi, tuvo un impacto directo en la percepción de los votantes sobre su bienestar económico a pesar de los buenos indicadores macroeconómicos.
Hablando del poder adquisitivo, Talvi enfatizó que los votantes están influenciados no sólo por el crecimiento de los precios, sino también por los salarios reales. «La mayoría de la población depende de los ingresos salariales y, como el coste de la vida aumenta más rápido que los salarios, el poder adquisitivo se reduce, lo que genera malestar ciudadano», explicó. Según Talvi, esta desconexión entre los indicadores macroeconómicos positivos y la experiencia cotidiana de los votantes condujo a los resultados electorales.
Influencia de las tendencias globales en los resultados electorales
El análisis de Talvi también colocó los resultados de Uruguay en un contexto global más amplio. Según el economista, el voto punitivo contra los partidos gobernantes se ha convertido en una tendencia recurrente en las democracias de todo el mundo. Este fenómeno, dice, ocurre incluso en países con economías estables y gobiernos bien considerados, lo que refleja la erosión generalizada de los partidos en el poder frente a ciudadanos cada vez más exigentes.
Talvi mencionó que esta dinámica se ha visto en muchos países latinoamericanos, donde el descontento con los gobiernos prevaleció sobre los logros económicos y sociales. «En la mayoría de los casos, los votantes buscan expresar su descontento con el sistema político en general, más que con los méritos del gobierno actual», dijo.
En el caso de Uruguay, Talvi consideró que la derrota del oficialismo fue un reflejo de esta tendencia global, junto con factores internos como la percepción de un aumento del costo de vida y la pérdida de poder adquisitivo. «El peso de la economía cotidiana es un factor determinante en los resultados electorales, incluso cuando los indicadores globales son positivos», concluyó.
Conclusiones sobre el futuro político de Uruguay
El análisis de Talvi se centró no sólo en los resultados electorales, sino también en sus implicaciones para el futuro político de Uruguay. Según el economista, la victoria del Frente Amplio es un cambio significativo en el panorama político del país, pero también un desafío para la nueva administración.
Talvi señaló que si bien la victoria de Yamandú Orsi fue clara, el contexto global y regional de descontento ciudadano sugiere que el nuevo gobierno enfrentará altas expectativas y presiones para abordar los problemas económicos de la población. También destacó la importancia de que la oposición, encabezada por el Partido Nacional y el Partido Colorado, se mantenga activa y constructiva para asegurar el equilibrio político en el país.
Finalmente, el análisis de Talvi proporciona una imagen integral de los resultados electorales uruguayos, vinculándolos con tendencias globales y regionales, así como con factores internos que influyen en las percepciones de los votantes. Su enfoque en las variables microeconómicas y el impacto del costo de vida y el poder adquisitivo subraya la importancia de estos factores para la dinámica política actual no sólo en Uruguay, sino a nivel mundial.